viernes, 16 de marzo de 2012

Cara o cruz


Y no obstante, estas manos, mis antenas de hormiga,
han ayudado a clavar la lanza en el costado del mundo

y detrás de la lupa de la luna hay un ojo que me ve
como a un microbio royendo el corazón de la Tierra.
Tengo ya cien mil años y hasta ahora no he encontrado otro mástil de más fuerte
que el silencio y la sombra donde colgar mi orgullo;
tengo ya cien mil años y mi nombre en el cielo se escribe con lápiz.

El agua, por ejemplo, es más noble que yo.
Por eso las estrellas se duermen en el mar
y mi frente romántica es áspera y opaca.
Detrás de mi frente -filósofos, escuchad esto bien-,
detrás de mi frente hay un viejo dragón :
el sapo negro que saltó de la primera charca del mundo y está aquí, aquí, aquí...
agazapado en mis sesos, sin dejarme ver el Amor y la Justicia.

Yo no soy nadie, nadie.
Un hombre con un grito de estopa en la garganta y una gota de asfalto en la retina...
Yo no soy nadie, filósofos...
Y éste es el solo parentesco que tengo con vosotros.



  León Felipe

/Tábara, España 1884

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