jueves, 21 de junio de 2012

Calibán


Trínculo: ¿Qué tenemos aquí? ¿Un
hombre o un pez? ¿Muerto o vivo?
Un pez, a juzgar por el hedor; un
pez rancio; un pejepalo y no de los más
frescos. ¡Extraño pez! Si estuviera
ahora en Inglaterra, como lo hice
en otro tiempo, y tuviera ese pez, aunque
solo fuese en pintura, no habría
tonto en día festivo que no diese por
verlo una moneda de plata. Este
monstruo haría allí la fortuna de un
hombre. Todo animal extraño
enriquece a su dueño. Mientras no
os darían un óbolo para socorrer a
un mendigo lisiado, gastan diez por
ver a un indio muerto. Tiene piernas
de hombre y sus aletas parecen brazos.
¡Está caliente, a fe mía! Cambio ahora
de opinión. No es un pez, sino un
insular herido por el rayo.


 William Shakespeare
/Stratford on Avon, Inglaterra 1564

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