Los niños tientan mis labios a un uso licencioso,
Muestran sus lenguas y una sonrisa torcida,
Y me pregunto por qué debo rechazar
A escondidas sus nalgas
Y besar sus genitales, y me lamento:
"¡Ah! Ganímedes, concédeme una noche!"
Este es el único misterio grato:
¡El amor de un hombre fuerte es mi deleite!
Aleister Crowley
/Royal Leamington Spa, Inglaterra 1875
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