“En la casa silenciosa y fría
todos duermen, menos el deseo
de palpar y hablar que tiene un niño
Porque no deja de mirar sus manos.
Y aunque a mí me confunde con el muro,
y a todos los demás con el océano,
a sus manos las contempla como manos”
todos duermen, menos el deseo
de palpar y hablar que tiene un niño
Porque no deja de mirar sus manos.
Y aunque a mí me confunde con el muro,
y a todos los demás con el océano,
a sus manos las contempla como manos”
Efraín Barquero
/Curicó, Chile 1931
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