lunes, 21 de mayo de 2012

Rimbaud


No tenemos talento, es que
no tenemos talento, lo que nos pasa
es que no tenemos talento, a lo sumo

oímos voces, eso es lo que oímos: un
centelleo, un parpadeo, y ahí mismo voces. Teresa
oyó voces, el loco
que ví ayer en el metro oyó voces.

¿Cuál metro si aquí no hay metro? Nunca
hubo aquí metro, lo que hubo

fueron al galope caballos
si es que eso, si es que en este cuarto
de tres por tres hubo alguna vez caballos
en el espejo.


Pero somo precoces, eso sí que somos, muy
precoces, más

que Rimbaud a nuestra edad; ¿más?
¿Todavía más que ese hijo de madre que
lo perdió todo en la apuesta? Viniera y

nos viera así todos sucios, estallados
en nuestro átomo mísero, viejos
de inmundicia y gloria. Un

puntapié nos diera en el hocico.


 Gonzalo Rojas
/Lebu, Chile 1916

sábado, 19 de mayo de 2012

Cosmovisión


Si la concepción filosófica del mundo se levanta sobre la premisa de elementos dados y probados por el conocimiento, y se estructura según un orden de rigurosa coherencia lógica, la concepción poética, en cambio, se erige sobre la base de algún o algunos sentimientos o intuiciones fundamentales, y se estructura, según la potencia de que sea capaz la fantasía creadora del poeta, en orden a las respuestas que aquellas intuiciones básicas “necesitan”. Desear un resultado y no otro es algo incompatible con el rigor del pensamiento especulativo, pero no lo es para la apetencia vital que busca su plenitud en la cosmovisión poética, cuya respuesta debe satisfacer a las necesidades más hondas de la vida antes que a las del conocimiento.
Va de suyo que en esta peculiar conformación de la “visión poética” no hay lugar para el esteticismo puro, pues es una respuesta vital lo que se busca. Semejante aclaración, necesariamente limitada y estrecha, no autoriza sin embargo a ver la cosmovisión poética como el campo donde puedan realizarse libremente las arbitrariedades y caprichos que están vedados a la cosmovisión filosófica, ni autoriza tampoco a suponer que los hitos de su construcción o sus figuras finales están groseramente predeterminados en la intención del poeta. El instrumento “relacionante” de éste, que es la metáfora, posee tanto rigor y tantas exigencias para la coherencia del todo poético, como el instrumento del pensamiento lógico en el otro caso.
La posibilidad del fracaso es grande en igual grado y, del mismo modo en el auténtico poeta que en el auténtico filósofo, significará un riesgo de fracasar en las cuestiones más hondas y vitales de uno y de otro. Por eso debemos subrayar la cautela que ponemos al indicar, como lo hemos hecho, que la cosmovisión poética quiere desde el principio los resultados que serán los suyos.



 Alfredo Terzaga
/Río Cuarto, Uruguay 1920

Al anochecer mi corazón


Al anochecer se oye el grito de los murciélagos
Dos caballos negros saltan por el prado
Susurra el arce rojo
Ante el
caminante aparece la pequeña taberna del
camino
Magnífico el sabor del vino nuevo y de las nueces
Magnífico:
tambalearse borracho por el bosque crepuscular
A través del ramaje negro suenan campanas
lastimeras
Sobre la cara gotea el rocío


 Grog Trakl
/Salzburgo, Austria 1887

jueves, 17 de mayo de 2012

Visiones


Es un error contrario a la naturaleza de la poesía, y que le sería aún mortal, el pretender que todo poema corresponde a un sentido vedadero, único y conforme o idéntico a algún pensamiento del autor. Una consecuencia de este error es la invención del absurdo ejercicio escolar que consiste en poner los versos en prosa.

 Paul Valéry
/Sète, Francia 1871

Séptima elegía de Duino



A propósito de la brutal elevación figurativa que menciona Espinoza en su charla: "El número Omega" con respecto a los hombres antiguos...

<<...Que esto no nos desconcierte; que fortalezca en nosotros
la custodia de la forma todavía cognoscible.
La que antes entre los hombres se levantaba, la que antes
se erguía en medio del hado anonadador y en medio
de ese no-saber-dónde, cual si fuera, y a la tierra
doblegaba las estrellas desde los cielos seguros.
Ángel: a tí te la muestro una vez más: ¡Allí! ¡Frente
a tus miradas se yergue salva al fin, al fin de pie!
Columnas, fustes, esfinge... el afanoso elevarse
de la catedral que surge, gris, de la urbe caduca
o de la urbe extranjera. ¿No era acaso un milagro?
¡Oh, maravíllate, Ángel, pues nosotros somos eso!

Gran Ángel: nosotros fuimos capaces de tales cosas;
proclámalo, que mi aliento no es bastante a celebrarlas.

Así, con todo, a nosotros no nos han faltado espacios,
esos espacios que guardan, los espacios que son nuestros.

(¡Qué espantosamente grande deben ser esos espacios,
ya que milenios de nuestro sentimiento no los colman!)
Pero una torre era grande ¿no es verdad? ¡Oh!, Ángel, lo era...
¿No era grande aun a tu lado? Porque Chartres era grande...
Pero más alto y más lejos aún llegaba la música.
¡Oh! Y hasta un simple amante, una amante solitaria
en la ventana nocturna... ¿no alcanzaba a tus rodillas?...>>


 Rainer María Rilke
/Praga, República Checa 1875 

martes, 8 de mayo de 2012

Un domingo de Agosto


De "Lo inalcanzable"/ Louis Gruss

El libro estaba en la mesita de luz, abierto en la primera página, y sobre ella escribió palabras calcadas del también suicida poeta ruso Valdimir Maiakovsky, pidiendo que no se chismeara demasiado la cuestión. Definitivamente era, como le habría dicho una amiga del café-concert, un pesado, un pedante, un aurrido. Para dar por terminada la función se mató ingiriendo barbitúricos. Antes de pagar con la soledad y la muerte el alto precio de su arte agónico, el poeta había rendido cuenta de su legado con unas pocas palabras:

"Mi parte pública la cumplí. Hice todo lo que podía hacer. Trabajé, di poesía a los hombres, compartí las penas de muchos."

 Cesare Pavese
/Santo Stéfano Belbo, Italia 1908

De poetas múltiples


Un hombre puede, si posee verdadera sabiduría, disfrutar del espectáculo del mundo en una silla, sin saber leer, sin hablar con nadie, solo con el uso de sus sentidos.


 Fernando Pessoa
/Lisboa, Portugal 1888