A lo lejos, en un atardecer
en que el otoño
es un lugar en mi pecho,
comienzan a encenderse las ventanas,
en que el otoño
es un lugar en mi pecho,
comienzan a encenderse las ventanas,
mi nostalgia
por estar donde bien sé que al llegar
volvería a estar afuera.
por estar donde bien sé que al llegar
volvería a estar afuera.
Duelen los ojos de soñar tan a lo lejos
la frente de pensar
lo impensable de tanta vida
que no he abrazado,
tanta deuda de lo que no he nacido.
lo impensable de tanta vida
que no he abrazado,
tanta deuda de lo que no he nacido.
Poco a poco se apagan las luces,
es el lindero de una noche y otra noche,
la frágil vecindad
del miedo y la esperanza.
la frágil vecindad
del miedo y la esperanza.
El último día podría ser éste que termina,
esta noche
en la que aún escribo
esta noche
en la que aún escribo
igual, pero sin una ausencia nueva
para seguir esperando.
para seguir esperando.
Hugo Mujica
/Buenos Aires, Argentina 1942
/Buenos Aires, Argentina 1942
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